sábado, agosto 20, 2005
Niños
Mi héroe infantil de ficción es Huckleberry Finn, el personaje de Mark Twain. Otro de su estatura, sin duda Tom Sawyer. Del primero, cómo no sonreir con su rechazo a portarse bien para ganarse el cielo, toda vez que para convencerlo se le había dicho, que toda la ocupación que tenía la gente allí era pasearse durante todo el día con un arpa y estarse cantando por siempre jamás. A Huckleberry no le pareció que esto era una gran cosa. De las diabluras de Tom me divierte enormemente la respuesta que da a una importante visita llegada a la escuela dominical.. Tom, ante el espanto de las autoridades de la congregación bautista, se ofrece como voluntario para responder a una pregunta del reverenciado visitante. Dime, niño, ¿cuáles eran los nombres de los dos principales discípulos de nuestro señor Jesucristo?. Tom, contesta sin vacilar, ¡David y Goliath!...
Otro de mis favoritos es el protagonista de una novela que se titula "Judíos sin Dinero", de Michael Gold. El muchachito consulta a su madre sobre el Mesías. ¿Se parecerá a Buffalo Bill?. No, replicaba ella, será pálido, joven y pacífico. No matará a tiros a las personas, las vencerá con amor. Esto lo desilusionó, pues él necesitaba un Mesías como Buffalo Bill, que pudiera mantener a raya a los enemigos de su pueblo.
Adoro a los niños mas no me sumo al ejercicio consumista de estos días. Escribo desde la emoción Se trata de pequeñas historias de niños de carne y hueso.
Mi padre, don Oscar, acostumbraba a darse prolongados baños de tina, hábito olvidado en este mundo global. Marco de cuatro años, se empina al borde de la bañera y pregunta "¿Nonoscar te estás lavando la tutula?"...
En las ruinas de Sacsahuamán, cercanas al Cuzco, llamo, para fotografiarme junto a ellos a dos niñitos, ataviados a la usanza local. Acceden, no sin antes que la chiquitita me advirtiera "si, pero con popina"...
Matías un amiguito mío, ante la imposibilidad de acometer una tarea sugerida por Claudia, su madre, en orden a plasmar a sus dos abuelos en un dibujo aclara "No, no puedo dibujar a Luchito ni al Tata, porque no sé dibujar ni corbatas ni guatas".
Nelson tiene hoy como 25 años, cuando aún no cumplía cinco llegó a mi casa angustiado. " Tío, dice mi papá que por favor le preste el saco de papas, mire que la taza del baño se tapó y estamos inundados"....¿No será la sopapa, pequeñín? Eso, tio , el saco de papa...
Mi nieto, tiene dos años. Llegaba con sus padres a Santiago, procedente de Concepción. Al ingresar al edificio en que viven, el conserje, amable él, pregunta
¿ dónde andabas ?...¡gueviando en el aeropuerto!... Habráse visto. Me tinca que a escondidas debe mirar Machos, al profesor Salomón y su cajarito u otro espectáculo televisivo de similar alcurnia. Otrosi. No se de dónde sacó que no hay angelitos. Tal es su contraargumentación ante cualquier intento de la abuela para llevarlo a la cama, rezar al angel de la guarda y luego dormirse. Prometo que jamás, y menos delante suyo, me he referido impropiamente a los ángeles. De ahí el misterio, ¿cómo descubrió que no los hay?... Claro, a su edad, es natural que tenga ciertas confusiones (...). Un domingo, a la hora del almuerzo, alzó los bracitos al mismo tiempo que solicitaba "paren, paren". Conseguido el objetivo pronunció el siguiente discurso "Niñito Jesús que naciste en Belén, bendice mi colación y a nosotros también. Amén". Quedéme de una pieza...
Fotografía de Cartier-Bresson
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