sábado, junio 02, 2007

Sesenta y seis líneas



Mis queridas y queridos compañeros periodistas que hoy se titulan. Les ruego soportarme sesenta y seis líneas escritas a la distancia y al correr de la pluma.

Primero, gracias por el honor que me dispensaron al elegirme, en principio, como el docente que los despidiera en ocasión tan solemne. No pudo ser y lo siento, pero la elección, de verdad, me emocionó y la guardo ya entre mis mejores recuerdos.

Segundo, les escribo ahora desde la razón, la que casi siempre presidió mi actuar frente a ustedes. Parapetado en ella les pido ahora que manifiesten por siempre respeto y cariño de por vida por esta Universidad. Por los valores y competencias que esta madre nutricia con sus acotados recursos les ha entregado. No la olviden jamás y mucho menos olviden algo que se ha hecho recurrente en todos los discursos que en ocasiones como ésta he pronunciado en los últimos cuatro años. Son ustedes, como yo, y muchos de nosotros, productos de una Universidad laica, pluralista y democrática. Honremos ese origen que no es común.

No olviden a quienes les enseñaron, no habrá mejor tributo que ése para ellos. Para mis queridos compañeros Oblitas, Parra, Carmen Gloria Donoso, Juan Costa, mi casi hermano HéctorAlarcón que me cobijara en la oficina dos, para Carlos Oliva, para Tito Matamala, Alonso Benavides, Claudia Mellado, Andrés Latini, y para la jovencísima Jefe de Carrera Tabita Moreno. Como todos los jóvenes ustedes también comenzaron no creyéndoles. Hoy, cuando se marchan las perspectivas son otras y muy distintas.

Escribo ahora desde la emoción. No olviden que son periodistas y que de periodismo saben ustedes más que cualquier otro profesional. Que la palabrería, que teorías antojadizas, que intentos manipuladores jamás les hagan dudar de lo que saben hoy y de lo que aprenderán en el futuro sobre la profesión de periodista. Apéguense a su deontología tan bien expresada en el Código de Etica del Colegio. Lean y mediten de vez en cuando sobre el articulado de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Por todos los medios intenten decir siempre lo que piensan. La gente, la sociedad, el mejorarla, es una de nuestras fundamentales tareas. Funden sus propios medios pese a las dificultades. Salgan cada mañana a cambiar el mundo,como nos dijo alguna vez Alfredo Pacheco, premio nacional de Periodismo y director de nuestra escuela. Verán que al final de sus vidas laborales algo habrá cambiado.

Les recuerdo que el sistema democrático, con toda su problemática, es el único que asegura el futuro de todos.Vigilar como funciona, es una de nuestras tareas en este mundo un tanto confuso.

Finalmente, les deseo, donde quiera que vayan, una vida próspera,éxitosa. Sublímenla estableciendo una familia, los hijos los proyectaran a lugares inimaginables. Sólo de esa manera llegarán a ser mujeres y hombres integrales.

Termino con una breve cita del escritor griego Nikos Kasanzatkis. Para conseguir lo que cada hombre desea hará siempre falta una pizca de locura ( Anita Valdés posiblemente la llamaría creatividad), y también se requiere de un poquito de suerte.

Que todos ustedes, mis queridos compañeros y compañeras periodistas, las tengan. ¡Qué así sea!.

Hugo Olea M

2 comentarios:

Anónimo dijo...

profe, la vendió con su discurso... esperaba más de usted.

angela.bustamante dijo...

Hola profe... que tal... todavía lo tengo diez... espero que se este recuperando satisfactoriamente,

Ya saludos y nos leemos