lunes, marzo 12, 2007

Lutero


Desapareció de la agenda de los medios de comunicación penquistas el anuncio de acciones legales de una agrupación evangélica destinadas a impedir la exhibición del documental “La Tumba Perdida de Cristo”, anunciada por el “Discovery Channel” para el 18 de marzo.
Mejor así. Se contraponía contra algo que es fundamental, la libertad de expresión. Por otra parte, suponer a la televisión las capacidades de blasfemar y de ser capaz simultáneamente de socavar la fe religiosa, es presumir un efecto muy profundo y perverso de sus mensajes.
Proyectar la misma suposición a otros medios nos pudiera adentrar en un camino de integrismo que en las sociedades siempre se torna peligroso. Recordemos lo referido a las caricaturas de Mahoma en Europa.
Nadie lo quiere, aun cuando en nuestro país hemos dado algunos pasos en falso, luego rectificados.

Caso: la censura que alguna vez afectó al filme “La última tentación de Cristo”, de Martin Scorsese, hoy exhibido sin dificultades, incluso en televisión abierta.
Mas no es “La tumba perdida de Cristo” el motivo central de este texto. Sólo digo que el día del estreno me sumaré a los millones de telespectadores que la verán.
¿Qué me preocupa? Que otras producciones conectadas al ámbito histórico-religioso aún no las podamos ver pese a estar en circulación hace varios años.
Un caso concreto la película “Lutero”, de 2003, dirigida por Eric Till. Relata la gesta del clérigo católico impulsor de la Reforma Protestante, iniciada a comienzos del siglo XVI.
El filme, protagonizado por Joseph Fiennes, Peter Ustinov Bruno Ganz y Alfred Molina, relata la vida de quien ha sido calificado como un revolucionario religioso con notable impacto en el mundo occidental. Enfatiza la difícil lucha del personaje por sus creencias.
La película, de producción alemana, ha contado con más de 20 millones de euros para recrear la Europa del siglo XVI.
Cuando las cadenas de cines o algún canal de televisión la programen, al igual que ocurrirá en fecha próxima con “La tumba perdida de Cristo”, me sumaré también a los espectadores que la verán.
Espero que a nadie se le ocurra iniciar acciones legales para impedir su exhibición.

Hugo Olea M.

Publicado página editorial Diario El Sur,12 de marzo 2007

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