viernes, julio 07, 2006

Usted Augusto...



Texto publicado en Crónica el 19 de junio de 2004, cuando por primera vez se tributó un homenaje público al profesor Augusto Vivaldi, luego de su trágica muerte dn los días anteriores a la Navidad de 1994.


El miércoles por la noche, cuando afuera una gruesa niebla cubría la intercomuna, en el auditorio del diario El Sur, un montón de ciudadanos y ciudadanas que estimábamos a Augusto Vivaldi nos reunimos para recordarlo. Abrió los fuegos discursivos el director del diario Ricardo Hepp, continuó Ricardo Vargas y cerró Mauricio Ostria. Me imaginé a Augusto observando todo desde un rincón, con su mano puesta sobre la boca para desactivar una de esas risotadas con que enmarcaba sus inesperados y graciosos comentarios.. Se lanzó, además, un libro con textos que escribió en diferentes épocas sobre la historia regional y sobre la ciudad que amaba, Concepción.

Lo conocí ha mucho. Me lo presentó mi hermano profesor de Historia. Profesor Vivaldi fue el trato que le dispensé. Se dirigía a mí como señor Olea. De pronto, como caballeros, avanzamos en estimación y trato. Eramos simplemente Augusto y Hugo, antecedido por el usted...

Vivaldi era un personaje. Siempre tuve la impresión que caminaba mirando hacia el horizonte. Irreverente, garabatero, peleador, manejador de ironías, de pronto se sulfuraba. Ricardo Hepp recordaba que por lo menos dos días a la semana se aparecía por el segundo piso del diario, en calle Freire, agitando unos papeles, mitad manuscritos mitad mecanografiados. Los llevaba para publicar o para utilizarlos como respaldo para protestar por algo que no le parecía. Su tema era la ciudad.

Alfredo Pacheco decía que no conversaba con él, más bien lo escuchaba. “Cuando Vivaldi habla de la historia de Concepción, nadie puede interrumpirlo”, afirmaba. Una vez aseguró que los penquistas caminamos como los romanos, aludiendo a que transitar por la ciudad eterna es hacerlo sobre la historia.

Los vecinos de Concepción, dijo más de una vez, no se percatan que donde ponen el pie, también lo puso Ercilla o tal vez Caupolicán . Y claro, yo mismo transito hoy a diario por el sitio en donde estuvo el campamento de las fuerzas patriotas en Chillancito, cerca del Cerro La Pólvora, con O”Higgins a la cabeza. De pronto lo recuerdo y saludo militarmente a don Bernardo, con el que en ocasiones me topo cuando cabalga por Camilo Henríquez, hacia la Plaza de a Independencia...

Terneado y de vestón cruzado, a rayas, siempre imaginé a Vivaldi como vecino de unos de esos pequeños y hermosos pueblos sicilianos. Mejor que vecino, como alcalde de uno de tales villorrios. Se lo dije más de una vez. ¿ Me está?..... Era un italiano típico pero nacido en Concepción. Qué magnífico Rolex lleva en su muñeca, Augusto. No se le de nada, lo compré en Paraguay. Será más falso que Judas pero no falla. Era, además, un viajero impenitente.

Caminando por la Diagonal hacia la Universidad me contaba que hacía rabiar a doña Mariana Castellón, una dama secretaria de don Alfonso Urrejola, intendente de Concepción entre 1964 y 1970. En su calidad de historiador le juraba que el apellido Castellón fue inicialmente Chatillon, francés, y que el primer Castellón que arribó a la zona era de oficio peluquero. Se mataba de la risa... ¡Augusto, por Dios!..dicen que le reclamaba doña Mariana...

No alcanzó a ver terminada la avenida Los Carrera. En una entrevista me dijo que había que trasladar la capital regional al sur, más allá de Arauco, porque Concepción no tenía para donde crecer. No dejaba de tener razón. La tarea está pendiente.

El pasado miércoles nos volvimos a encontrar con Augusto Vivaldi...

3 comentarios:

Issa dijo...

Esta mañana, llego a la Universidad, escuela de periodismo...mis compañeros me informan que las notas del control de lectura estàn en la secretarìa.
Busco,busco y no encuentro mi miserable cuadernillo, con respuestas que desde un principio supe eran erroneas. Finalmente veo mi temblorosa letra junto a una impresiòn roja que describìa un vergonzoso, dos coma siete.
Estaba en eso cuando me preguntaba...¿ Que puede hacer màs humillante esto momento?.
NO tuve tiempo de imaginar posibles respuestas, cuando escuchè una voz que decia mas o menos asi...

"Parece que no le fuè muy bien por la cara que tiene. A ver, dejeme ver la nota"

Si, era posible hacer màs humillante ese momento, y mi distinguido director de departamento se encargò de eso. Verguenza total, mostrarle mi horrible calificaciòn a don Hugo y màs humillante aùn, que viera las preguntas del control.

Humillante o no, fue una buenisima experiencia, mi primer acercamiento con un grande, quedè en ridiculo, pero prometo que verguenzas como esas las volverè a repetir, pero prometo subir mis notas!!!!

Gracias Tio Hugo por darme un excelente termino de semestre.

Con cariño ...


-*Issa*-

[Matilda...] dijo...

Profe, mire mi blog. Escribí de agradecimientos y hay algunas líneas dedicadas a usted

Raúl Olea Morales dijo...

Vivaldi fue un italiano chileno,penquista, apasionado, fiero con los que no le agradaban, caballero, culto y amable con sus amigos.Fue un cabellero del renacimiento metido en otra ´época,Maquiavelo era su apdre y Dante su inspiración.La cultura perdió un gran personaje.