miércoles, mayo 17, 2006

Santo remedio


Desde siempre he considerado a esta Universidad, incluido su campus, como un espacio de libertad. No lo fue durante una época, mas aquello tuvo otras connotaciones.
Hoy intento explicarme un fenómeno que, al parecer, es reciente y sólo lo hemos venido a percibir, en una parte de su complejidad, cuando los medios de comunicación lo pusieron en sus agendas. Se trata del “carrete de los viernes” que estudiantes de enseñanza media escenificaban en el campus.
Adolescentes de ambos sexos, con más características de niños, peregrinaban cada viernes hacia un sector del barrio portando bolsas plásticas que ocultan envases con alcohol, cuando no éstos a la vista. El paso siguiente era consumir los contenidos en público con todas las consecuencia imaginables, marihuana de por medio. Presencié escenas patéticas, niñitas ebrias deambulando sin rumbo, entre otras.
En un intento por explicarme el fenómeno plantee el asunto a especialistas de nuestra Facultad. Desde la Sociología se me ha dicho: hay carencia de un control social, los padres no saben lo que hacen sus hijos y, probablemente, no les interesa; el barrio, considerado como una extensión del espacio público, permite a los adolescentes cortar temporalmente sus lazos con el medio de los adultos. Se me advierte que el problema es transversal a todos los sectores sociales y no debe estigmatizarse a los miembros de ninguno.
Desde la Psicología las voces de los expertos interpretan tales conductas como una búsqueda de identidad. Venir al campus y actuar libremente los haría ubicarse en un mundo distinto, asumir otra identidad, adelantar una etapa. También me explican que en ellos, como también en adultos, se registran “conductas autointeresadas” que se traducen en un “no cuido lo que no me pertenece”. Significa me embriago en el barrio, ensucio, destruyo y no es mi problema.
Estoy seguro que usted también tendría una interpretación sobre el fenómeno descrito y, por qué no, una propuesta para solucionar lo que se ha transformado en un problema: las conductas de un grupo que usa y abusa de un espacio de libertad.


Nota: la Universidad puso fin al abuso de una manera simple: los viernes por la tarde determinó poner en marcha el riego automático sobre los prados que invadían los adolescentes y, aparte de ello, en los puntos de acceso al campus, guardias del servicio de vigilancia comenzaron a exigir la entrega de la cédula de identidad para ingresar al barrio. Santo Remedio

2 comentarios:

[Matilda...] dijo...

Hay que reconocer que nuestro rector se las sabe por libro.
El año pasado cuando las marchas estaban en auge, el cierra la universidad por 3 días y las manifestaciones terminaron.

Esta bien asesorado, aunque los estudiantes no tengas una solución.

Saludos profe

Marcelo Aliaga dijo...

La solución más simple suele ser la más elegante...

Saludos!