lunes, octubre 10, 2005
Felipe Lamarca: cambiar el modelo económico
Felipe Lamarca es un ex dirigente de la Sociedad de Fomento Fabril, es interesante leer la entrevista completa, está en la Tercera del domingo 9. No es que se haya pasado a La Concertación, lo que ocurre es que se ha dado cuenta de algo que es un secreto a voces...el funcionamiento de redes político-empresariales en que todos, de una u otra forman participan, en desmedro de la mayoría de los ciudanos que no pertenecen ni a la clase política ni a la empresarial.
Hoy todos hablan de superar pobreza y mejorar la redistribución del ingreso. ¿Cómo observa esa discusión? ¿Será una preocupación real en la elite o sólo un tema de campaña?
- No tengo duda de que existe una cierta complicidad entre las elites políticas y económicas. Ellas están de acuerdo y eso ha significado cosas buenas para el país. Hemos tenido importantes acuerdos en materias económicas y sociales y el país ha podido progresar. Pero también tiene cosas malas. La elite económica le rinde pleitesía a la elite política y, por su parte, los políticos dicen: "¡Qué buena es nuestra elite económica!", porque el país surge y estamos súper bien en la escala mundial.
¿Hay que corregir el modelo?
- Absolutamente: hay que corregir el modelo. Es urgente hacer reformas. No encuentro que haya un mejor sistema económico que el de mercado, pero el mercado se basa en la competencia y ésta supone que todos compiten para equilibrar las cosas, los precios. Pero como el mundo se ha ido concentrando, la competencia se ha ido terminando.
O sea, la tendencia al monopolio ha anulado la competencia.
- Claro. Tanto en Chile como en el mundo uno ve que hay sólo tres empresas por rubro. Eso se ve en farmacias, en los supermercados y en muchas otras áreas. En la universidad me enseñaron que cuando había uno solo se llamaba monopolio; cuando había dos era un duopolio y cuando eran más se llamaba oligopolio. Y aquí estamos en los "polios" tanto en la política como en la economía. El problema es que hoy estamos ante la paradoja de que el mundo va hacia la democracia, pero en Chile hay menos democracia en lo económico y también en lo político.